Mejores Restos Arqueologicos Cerca De Granada Cerca De Mi, Abren Hoy

4worldlovers: Granada guarda bajo su superficie secretos históricos extraordinarios, que todavía están por descubrir. Hoy nos acercamos hasta la placeta ilíberis, donde se encontraron restos de la Villa Romana de los Vergeles, a finales de los años 80 del pasado siglo.

Cuando los arqueólogos e historiadores sacan a la luz un pedacito de nuestra historia, se arma en torno a ellos gran revuelo y expectación, como la que hay actualmente alrededor de la Villa Romana de los Mondragones. Sin embargo, muchos de estos hallazgos vuelven a quedar ocultos al cabo de los pocos meses, bajo la espesa capa del tiempo y del olvido, haciéndolos invisibles para la mayoría de nosotros. Hoy recordaremos la Villa de Los Vergeles.

Cada vez que pasamos por la calle Primavera echamos de menos la presencia de un cartel, aunque sea chiquitito, que nos cuente algo de la importancia que tuvo la zona en época romana.

Resulta que, en el año de 1989, durante unas obras de canalización, que estaba realizando la empresa Emasagra, en el barrio del Zaidín al final de la Calle Primavera, aparecieron unos restos de muros muy antiguos que no estaban documentados. En 1991, unos niños jugando en este mismo solar tropezaron con unas teselas. Estos hallazgos hicieron que se llevaran a cabo dos excavaciones de urgencia, una primera en el verano de 1989 y otra en 1991.

En las excavaciones se encontraron restos de la Villa Romana de los Vergeles. Se documentó la existencia de piscinas, estructuras murarias y una necrópolis, que indicaban que la zona estuvo destinada a uso termal desde el siglo primero de nuestra era hasta el siglo IV, y a partir del siglo V, como lugar de enterramiento.

Se encontraron diferentes estancias rectangulares, decoradas con mosaicos de teselas, adaptados a la estructura del inmueble. Sacaron a la luz varios mosaicos, uno en la cabecera y otros, en el resto de las dependencias. La importancia y las dimensiones de los hallazgos, hicieron pensar al equipo de arqueólogos que esta zona se encontraba dentro de la parte noble de una villa romana.

Antes de proseguir, recordar que desde los primeros años de la ocupación romana, siglo I a.C, ya se explotaba la vega granadina. Se distribuyeron en torno a la capital de la Ilíberis, diversos centros rurales de explotación agropecuaria, llamadas “villae” o villas. Villas romanas se han localizado en diferentes zonas de Granada. Buen ejemplo, son los del Polígono de Almanjáyar, la Cuesta del Progreso, la calle Alhóndiga, Solarillo de Gracia, calle San Antón, Doctor Severo Ochoa, Paseo de los Basilios, Los Mondragones, o la calle Primavera.

En las excavaciones realizadas en la Villa Romana de los Vergeles, se pudieron identificar tres fases constructivas y de ocupación:

Del primer periodo, datado en el siglo I de nuestra era, se documentó una piscina y unas salas pavimentadas con mosaicos construidos con teselas de color. También se encontraron elementos cerámicos de vajilla fina, de vidrio, etc.

Entre finales del siglo II y principios del III, el espacio sufrió una serie de remodelaciones. Se inhabilitaron partes de algunas estancias del periodo anterior, y se construyó una segunda piscina. La Villa experimentó su mayor esplendor a finales del siglo III. En esa época, el conjunto es dotado de instalaciones termales y suntuosas estancias, decoradas con mosaicos policromos de temática geométrica. Aparecieron como único elemento figurado una cenefa de delfines, que bordea uno de los pavimentos.

En el último periodo, entre los siglos IV y V se produjo el abandono de las estructuras balnearias y el asentamiento, dando lugar a una necrópolis. A partir del siglo VI, la Villa Romana de los Vergeles está totalmente abandonada y olvidada.

Gran parte de los restos de este yacimiento fueron trasladados al Museo Arqueológico de Granada, donde continúan actualmente. Sin embargo, tras los trabajos arquelógicos, la Villa Romana de los Vergeles volvió a enterrarse bajo la plaza.

La labor de los vecinos del barrio fue encomiable, lucharon para que el yacimiento no sufriera las duras condiciones atmosféricas. Algunos taparon con cartones partes del mismo y paralizaron las máquinas excavadoras, que en ese momento pavimentaban la plaza. Los vecinos y cualquier persona interesada por la cultura y el patrimonio de Granada, esperábamos que se construyera un “parque arqueológico”, o bien, que se integraran los restos en la Biblioteca Pública, que iba a ser construida en el solar. Sin embargo ante esta situación, se optó por trasladar la biblioteca a un nuevo emplazamiento, a la antigua hípica del Zaidín.